José Gabriel Condorcanqui – Tupac Amaru

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Tupac Amaru engendró la Revolución Francesa

Godofredo Arauzo
Para adquirir identidad nacional hay que conocer nuestra historia; conocemos la historia oficial más no la historia real, que empieza a reescribirse.

José Gabriel Condorcanqui - Tupac Amaru
José Gabriel Condorcanqui – Tupac Amaru

El 4 de Noviembre de 1780 se inició la revolución de José Gabriel Condorcanqui Noguera, Túpac Amaru, con el apresamiento y posterior ejecución del corregidor sanguinario Antonio de Arriaga; que resquebrajó los cimientos del imperio español en las Indias y trazó el camino de la independencia de América Latina.

En mi patria, PERÚ, José Gabriel Cordorcanqui Tupac Amaru engendró la Revolución francesa al decretar la abolición de la esclavitud el 16 de Noviembre de 1780 en el Santuario de Tungasuca; en Estados Unidos fue Abraham Lincoln en 1863 y en Perú Ramón Castilla en 1854: 83 y 74 años después de Tupac Amaru.

Por derecho histórico y de justicia a Tupac Amaru debe darse la paternidad de la abolición de la esclavitud en el mundo, Perú y de la Revolución Francesa.

En la decisión de abolir la esclavitud está sintetizada la igualdad, fraternidad y libertad de la Revolución Francesa; del mismo modo sirvió de estímulo e inspiración para la redacción de las obras de Juan Pablo Vizcardo y Guzman, Pablo de Olavide; así mismo sirvió de inspiración a San Martín para la liberación de Argentina, Chile y Perú y es el primer precursor de la emancipación de América Latina.

Personalidades contemporáneas lo comparan con Cromwel, Robespierre y Jorge Washington. Era persona hábil e instruida; doctor en derecho canónico, teología y civil, con cultura política, políglota, dominaba el castellano, latín, quechua, aymara y otros idiomas.

Su cultura se aprecia en el oficio que le envía a Areche el 5 de Marzo de 1781
En un párrafo escribe: «Un humilde joven pastor rústico con el palo, la honda y la providencia divina libertó al infeliz pueblo de Israel, del poder de Goliat y Faraón; la razón fue las lágrimas de estos pobres cautivos dieran tales voces de compasión, pidiendo justicia al cielo, que después de cientos de años salieron de su martirio y tormento para la tierra de promisión; más ¡ay! que al fin lograron sus deseos, ¡aunque con tanto sufrimiento y llanto!…

Más nosotros infelices indios, con más suspiros y lágrimas que ellos, en tantos siglos no hemos podido conseguir algún alivio; será la razón porque el Faraón que nos persigue, maltrata y hostiliza no es uno solo, sino muchos, tan inicuos y de corazones tan depravados como son los corregidores, sus tenientes, cobradores y demás corchetes.

Hombres diabólicos y perversos, que presumo que nacieron del lúgubre caos infernal y se sustentaron de los pechos de arpías más ingratas, por ser tan impíos, crueles y tiranos; a los Nerones y Atilas, de quienes la historia refiere sus iniquidades y de sólo oír se estremecen los cuerpos y lloran los corazones». Se movilizaba sobre un caballo blanco son su séquito y capellán y en los pueblos era recibido por los curas con capa de coro; cruz alta y palio.

La preparación de la rebelión duró cerca de 10 años, movilizó más de 100,000 soldados en una extensión de más de 1,500 kilómetros; se movilizaban las personas con pasaportes o salvoconductos otorgados por su lugarteniente y esposa Micaela Bastidas y su apelativo familiar era CHEPE.

La respuesta a Areche, su encarnizado torturador: «Tú por opresor y yo por evitarlo, merecemos la muerte» sintetiza su personalidad.

Antonio de Areche le hizo justicia al informar al Ministro de Indias el 30 de Abril de 1781: « Es de un espíritu y naturaleza muy robusta y de una serenidad imponderable”. Contestaba a sus verdugos: «Que no diría a nadie la verdad, aunque le sacasen la carne a pedazos»: cumplió su palabra.

El objetivo de la revolución de Tupac Amaru no era anexar territorios sino eminentemente social y económico: abolir la esclavitud, la mita, repartimientos, obrajes, la desaparición de los corregidores; en síntesis: anticolonial, antiesclavista y anti feudal, único en el mundo.

Donde firmó Tupac Amaru la abolición de la esclavitud debe levantarse un altar antiesclavista, debe corregirse la omisión histórica de no aceptar que fue el primero en abolir la esclavitud en el mundo y en el Perú, considerarle primer precursor de la independencia de América Latina y padre de la Revolución Francesa. Más tarde que nunca se hará realidad.

Las metas de este movimiento siguen vigentes; terminará cuando tengamos un gobierno que trabaje por el desarrollo de los peruanos y ningún niño duerma sin comer un pan: cuando exista justicia. La gloria de José Gabriel seguirá creciendo como crece la sombra cuando el sol declina.

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