Concurso de danzas autóctonas

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¿Por qué el concurso de danzas autóctonas merece más importancia?

J. Carlos Flores / losandes.com.pe
Para muchos es injusto que se postergue y se coloque a las danzas autoctonas de Puno en un lugar muy discreto a la hora de promocionar la candelaria, por eso es bueno repasar algunos aspectos que dan realce a los conjuntos de provincias.

Danzas autoctonas de Puno
Danzas autoctonas de Puno Perú

Usualmente se toma el día del concurso y la parada de danzas de trajes de luces como la fecha principal de la festividad y como la fiesta grande. Durante la promoción publicitaria se da mayor importancia a las danzas de trajes de luces, relegando a un discreto lugar a las danzas autóctonas.

Además, los recursos se orientan mayormente a la organización de conjuntos de trajes de luces. Cabe recordar que se dedican dos días a la parada de trajes de luces (o mestizas), pero solo uno para las danzas autóctonas.

De esta manera se posterga a los conjuntos de danzas nativas, pese a que, a opinión de muchos, constituyen una expresión cultural más rica y atractiva. No hay nada contra las danzas de luces, más bien, lo que muchos puneños consultados por Los Andes piden, es que la organización de la festividad le dé su lugar a las danzas autóctonas.

A continuación, una lista de razones a considerar para darle una mejor dimensión al concurso de danzas autóctonas.

Es un espectáculo con mayor diversidad
No hay nada en contra de la morenada, de hecho, es una de las danzas más bellas del altiplano, pero cuando el público tiene que ver hasta 15 conjuntos que participan en este año (más 3 de rey moreno), llega al aburrimiento. Para colmo, muchos de los conjuntos de morenada son los que más integrantes tienen y su paso se hace interminable.

Caso similar con danzas como las sayas, caporales y diabladas. De hecho, la variedad de danzas en el concurso de trajes de luces se reduce a no más de una docena de danzas.

En cambio, en el concurso de danzas autóctonas, la variedad de danzas supera el medio ciento con facilidad. La variedad es tal que la existencia de 5 conjuntos de Kajelos pasa desapercibida. Cualquiera puede observar que existen 27 carnavales, muchos se parecen entre sí, pero su paso nunca llega a la monotonía.

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Chucaripo Azangaro Puno

Hay mucho más de lo que veo en una danza autóctona
La cantidad de estilizaciones que hay en las danzas de luces, muchas veces no llegan a ser del agrado del público. El uso de colores y motivos no tradicionales, si bien dan un espectáculo más vistoso, dan a menudo la impresión de ser algo artificial y plástico.

En general, el uso de un bastón, sombrero o máscara y colores, en una danza autóctona tiene un significado profundo, lo cual no se halla en una de trajes de luces.

Cuando uno ve a dos Unkakos de Pacaje de la provincia de Carabaya azotarse de verdad mutuamente y notar cómo aguantan el dolor, entiende que la danza es guerrera y que se expresa la virilidad y el valor que se necesita para guerrear. Hay mucho más de lo que veo.

El espectáculo no solo es el “calateo”
Ningún varón va a negar que ver a una mujer de cuerpo generoso y falda muy corta moviéndose al compás de una saya o morenada es tremendamente placentero. Lo malo es que cuando el espectáculo de las danzas se reduce a mostrar lo más posible, el resultado puede ser el empobrecimiento.

Sin mucho de la anatomía que mirar, en las danzas autóctonas el espectáculo puede ser un ejercicio para apreciar detalles. Se mira la gracia, los movimientos, el sentimiento infundado. Se escuchan cantos, ejecución de instrumentos, rituales y mucho más.

Las bandas no me revientan los oídos
Escuchar una bulliciosa banda de músicos no es para nada desagradable, pero escuchar a medio centenar a lo largo del día, puede ser agotador.

Lo que pasa con los conjuntos de danzas de trajes de luces es una especie de guerra acústica donde cada conjunto quiere una mejor presencia usando una banda de músicos cada vez más poderosa.

El resultado, es que las bandas interfieren entre sí a tal punto que, por ejemplo, los últimos integrantes de una agrupación de saya (o caporal) deben adivinar el ritmo en medio de la música de morenada que los alcanza.

Pasa de similar manera con el público, pues debe aguantar las cada vez más “poderosas” bandas de bronce. Nadie tiene la culpa, simplemente es una consecuencia natural de una parada. Por otra parte, los conjuntos más preparados de danzas autóctonas se esmeran por acompañarse de bellos cantos y una ejecución impecable de su música con una variedad de instrumentos que no agrede al oído.

La vestimenta es un espectáculo aparte
Basta con mencionar a las mujeres de los Ayarachis de Paratía. Los detalles de los vestuarios, especialmente para las mujeres, son primorosos.

Como los trajes de las danzas autóctonas no tienen que competir por ser más impresionantes por brillo o colores vivos y material, entonces, los trajes pueden ganar en creatividad a la hora de elaborarse.

Además, los materiales son muchas veces naturales, o se usan simplemente hojas, pelos, cuero y una gran cantidad de materiales hechos con mucho esmero por el mismo danzarín.

No tengo que pelear ni quedar sin dinero por un asiento
El día de la parada de danzas de trajes de luces se ha promocionado y explotado comercialmente de tal manera que el puneño común la tiene la difícil si quiere ver el espectáculo cómodamente. Los costos de los asientos se elevan y superan tranquilamente los 50 soles… y luego alguien quiere ocupar el mismo sitio por el que uno ha pagado. Esto por no hablar de los líos que enfrentan al municipio y los vecinos de cada barrio.

En cambio, hasta ahora, los conjuntos de danzas autóctonas realizan un pasacalle informal por varias calles. Algunos pueden decir que causan desorden, pero cualquier puneño y foráneo puede ver el espectáculo de la danza completamente gratis y sin estirar el cuello, pararse de puntitas o empujarse como suele pasar cuando uno quiere ver a los caporales.

Los turistas que más pagan son los que aman las danzas autóctonas
Los turistas extranjeros son los que desembolsan mayor cantidad de dinero y generan más y mejores puestos de trabajo y precisamente ellos son los que más aprecian las danzas autóctonas.

Muchos testimonios lo corroboran. Ellos ven en estas danzas una expresión más genuina y exótica, lo que es simplemente irresistible.

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