Jaime Paz presidente sin cartera

por: Luis Crespo M.
Tiene reuniones de Gabinete en forma paralela al gobierno, emite mensajes a la nación en los que resta autoridad al Presidente legítimo de la República, lo reconviene y lo insta a tomar medidas políticas y económicas precisas. En su afán figuracionista, Jaime Paz ha asumido una “autoridad” que supera todas las formalidades de la institucionalidad democrática, usurpando funciones.

“Mi amigo Lula me ha dicho”, “He llamado a mi amigo Lula”, “Lula me comentó”, “Lula me escribió una dedicatoria que decía: sin miedo a ser felices”, “Estaba hablando por teléfono con Lula”… Decenas de frases como éstas fueron repetidas una y otra vez por Jaime Paz en el tour mediático que emprendió la semana del 1 al 7 de abril.

El motivo de esas visitas, arropadas con toda la impudicia y la obsecuencia de ciertos periodistas(1), era comunicar a Bolivia que el líder mirista había sacado de debajo de la manga otra vez ese modus operandi que en su gobierno llamó “la diplomacia directa”, para tratar de conectar al desvanecido gobierno boliviano con la pujante gestión del tornero brasileño Inacio Lula da Silva.

Hasta antes de la crisis del 12 y 13 de febrero, Jaime Paz había optado por un rol secundario en el gobierno. Aparecía en actos protocolares, en la poseción de autoridades o en actos sociales de bajo perfil, acompañando la gestión gonista. Por ello, el parlamentario del MAS, Evo Morales, criticó mordazmente ese desempeño y lo llamó: “La Primera Dama de Goni”.

Jaime Paz encajó el golpe y pronto pasó a la primera linea y organizó un equipo que debía trabajar en dos frentes: recuperar su propio protagonismo y, por otro lado, impedir el ascenso de Samuel Doria Medina dentro de su partido.

En ambos escenarios, hasta hoy, ha salido airoso. Fácilmente opacó a Doria Medina(2) y, a partir de febrero, inició una carrera mediática intensa para difundir una demagogia política elemental que un Gonzalo Sánchez de Lozada en franca declinación permite; después de todo, no tiene opción, Asi, ha tenido que soportar el quiebre de las formalidades institucionales para dar paso a las arremetidas de un “virtual segundo presidente” de Bolivia, o como dice nuestro título “un presidente sin cartera”.

Y en ese terreno, el líder mirista se mueve con toda la comodidad -y toda la irresponsabilidad, también- del caso: mantiene una actitud nacionalista ante la opinión pública y ejerce una práctica antipopular en los ministerios administrados por su partido.

Por ejemplo, el ministro mirista de Educación, lejos de solucionar el conflicto en su sector, instniyó el despido de los maestros que están en huelga, o para tomar otro caso más notorio: ¿Qué ha hecho hasta hoy el delegado presidencial, el mirista Juan Carlos Virreyra, para enmendar la Capitalización? ¿Cuál es el rol que juega hoy el ministro de Desarrollo Económico, ferviente antigonista?.

En su rol de “presidente sin cartera”, Jaime Paz ha asumido una autoridad, aun cuando nada más imaginaria y hasta diríamos folclórica, que supera todas las formalidades de la institucionalidad democrática. Tiene reuniones de gabinete en forma paralela al gobierno legítimo y emite mensajes a la nación en los que, de modo subrepticio y disimulado, le resta autoridad al Presidente de la República, lo reconviene y lo insta a tomar medidas políticas y económicas precisas.

En su anterior gobiemo, Gonzalo Sánchez de Lozada también conformó una coalición de gobierno con otros partidos minoritarios. Pero el control que é1 tuvo de esa alianza
política fue total y hasta cierto puto autoritario. Por ejemplo, si Max Femández cometía un desliz léxico o emitía por su propia cuenta alguna opinión sobre la marcha del gobierno, inmediatamente era citado a Palacio, recibía la amonestación del caso y hasta la amenaza de echarlo del gobierno.

Con Jaime Paz, Goni no puede hacer eso y hasta tiene que aceptar las frases descalificadoras que el líder mirista le lanza por la televisión y en horario estelar, un domingo por la noche.

LA SALVACIÓN A TRAVÉS DE LULA

Es evidente que el presidente Ignacio Lula da Silva representa en la región un polo de resistencia al neoliberalismo puro. Es también notorio su prestigio que tiene en los sectores populares de su país y de toda Latinoamérica. Por natural “constitución política”, el presidente boliviano -ferviente neoliberal y valedor a ultranza del capital transnacional- no tiene casi coincidencias con el político brasilero. Lula es un trabajador metalúrgico que viene de la izquierda; Goni un empresario oligarca(3) que giró a su partido hacia los sectores conservadores y hacia la derecha.

Por eso, la astucia de Jaime Paz de propiciar un en cuentro de ambos no pasa de ser un simple acto demagógico. Una frivolidad donde él, en su condición caduca y desfasada, obtiene el beneficio de la amistad de Lula y el pase libre a los cócteles que suelen darse en los altos ámbitos de la política internacional. Desde que se supo que Lula asumiría la presidencia del Brasil, Jaime Paz ha venido mostrando una apetencia patológica para sumarse a la corte de líder brasilero. Incluso asistió sin que lo inviten a la asunción de mando(4).

Las gestiones de Jaime Paz hasta hoy dieron como resultado una reunión de los presidentes Lula y Goni, con sus respectivos gabinetes, pactada para el próximo 28 de abril. Es obvio que allí se tratará el tema de la venta de gas a Brasil, asuntos de desarrollo conjunto de fronteras, migracion (5), etc, etc. Temas que interesan a ambos países, pero eso no sustituye la falta de iniciativa del actual presidente boliviano (del presidente real, decimos), ni mejorará en nada la crisis politica ni se aliviará el clima golpista que se respira en el país (6).

“El líder del MIR mantiene una actitud nacionalista ante la opinión pública y ejerce una práctica antipopular en los ministerios administrados por su partido. Por jemplo, el ministro de Educación, lejos de solucionar el conflicto en su sector, esta semana instruyó el despido de los maestros que están en huelga”

NOTAS :

(1) El 2 de abril, Cayetano Llobet entrevistó a Jaime Paz en PAT, para que hable en exclusiva de “su amigo Lula”. Lo mismo hicieron los canales ATB (con Jaime Iturri) y Gigavisión.

(2) En su arremetida contra Samuel Doria Medina, Jaime Paz hizo retirar del gabinete a los ministros de Educación, Trabajo y Desarrollo Municipal, hombres de Doria Medina.

(3) Sobre el Goni oligarca y empresario ver La fortuna del presidente, de Andrés Soliz Rada.

(4) Sobre este escándalo caso de “asistencia furtiva” a una trasmisión de mando se publicaron varias notas en La Prensa, que Jaime Paz no pudo desmentir.

(5) Los temas de la agenda de la reunión Lula Goni fueron hechos públicos por el Canciller Carlos Saavedra Bruno.

(6) Sobre el clima golpista que vivimos son ilustradoras las palabras del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada captadas por la red de televisión Unitel donde llamaba a los miembros de su partido a defender su gobierno “con las armas”.

v o l v e r