Benedicto XVI, el Papa Democrático

Jubenal Quispe
Benedicto XVI¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y entonces podrás ver la paja que tiene tu hermano en el suyo (Mt. 7:5). Esta es la reprimenda que Jesucristo le haría a Benedicto XVI después de su discurso en Brasil.

Mientras el Papa hablaba de autoritarismos todavía no superados, refiriéndose a gobierno civiles, mi mente se fue inundando de los dolorosos recuerdos del autoritarismo católico. ¡Cómo duele la violencia eclesial que soportan los católicos del Sur Andino del Perú, fruto de la imposición y de la prepotencia de los obispos del Opus Dei, Soladicius ! ¡Cómo olvidar el pasado y el presente del
Cardenal Luis Cipriani, cómplice de la dictadura fujimontesinista, quien celebraba su misa en el Departamento de Ayacucho Perú, acolitada por militares bien armados! Y ¿quiénes pastorearon el Plan Cóndor, cuyo costo humano todavía lloramos los sobrevivientes de América Latina?.

Si explicitáramos el padecimiento de las mujeres y varones bajo el régimen del Vaticano, sólo sería un intento, porque no habría dedos que lo soporten, ni ojos que lo alcancen a leer completamente.

En la actualidad, de los cerca de 200 estados que coexisten en el planeta, 160 son estados democráticos, el resto está sometido a los tiranos o absolutistas medievales. Por su esencia cristiana, el Estado del Vaticano debería regirse con un sistema democrático y fraterno, pero no es así. El Estado del Vaticano, concesión de Mussolini (1929, Tratado de Letrán), jamás conoció un régimen
democrático. Y, entonces, ¿con qué autoridad el Papa Benedicto XVI, jefe del Estado Vaticano, nos puede enseñar sobre democracia? El régimen democrático para la elección de los obispos es un clamor católico antiguo. Basta revisar los escritos de San Cipriano, S. III y IV (Padre de la Iglesia, víctima de la
tiranía romana). ¿Por qué será que el Papa guarda silencio sobre la tiranía norteamericana en América y el mundo?.

Otra “verdad” proclamada por Benedicto XVI en Brasil, aparte de atacar a las otras expresiones eclesiales como “sectas”, fue que a los originarios de Aby Ayala no se les impuso la religión católica. Esta afirmación es como intentar negar la historicidad de la conquista y de la colonización de América Latina y África. Hoy, es una insensibilidad con el dolor colectivo de los pueblos indígenas, fruto de la extirpación y aniquilación de su espiritualidad. Parece que para Benedicto XVI, Bartolomé de las Casas y Francisco Montesinos, profetas defensores de los pueblos originarios frente a los conquistadores cristianos, nunca existieron.

Cuál de las dos actitudes será cierta: El perdón que pidió Juan Pablo II a los pueblos originarios por las atrocidades de la conquista española cristiana, con motivo de los 500 años de la conquista, o la negación de la violenta conquista cristiana que sostiene Benedicto XVI.

Muchos teólogos cristianos y misionólogos creemos que el cristianismo en el tercer milenio tendrá que ser más humilde, democrática, ecuménica e interreligiosa, o no será nada, pero Su Santidad no nos da muchas esperanzas. Estos tiempos ya son otros. La guerra frontal contra el condón o la santa
cruzada por la virginidad no son esenciales ahora que la Madre Tierra está herida de muerte por los ecosidios y fundamentalismos.

    Calumnia cardenalicia

Rafael Rolando Prudencio Briancon
Benedicto XVINadie es profeta en su tierra. Por eso el candoroso y cancerbero cardenal prefirió profetizar provocativa y premeditadamente en el Brasil, a donde furtiva y falazmente se fue para criticar crispadamente al gobierno nacional.

Haciéndole arteramente eco al evangelizador embuste expresado en el discurso de doble rasero de Ratzinger; cáusticamente el cardenal ha señalado en un sensiblero sermón de que el gobierno de Evo Morales no ha podido reducir la pobreza y que ha caído en todo caso en la corrupción.

Además astutamente ha manifestado que Bolivia enfrenta los riesgos de posturas revanchistas, originadas en el despertar de un indigenismo, sobretodo andino, que desconoce el fuerte mestizaje boliviano.

Exagerada y extrañamente expresó incluso de que se está incitando a la confrontación ya que se habla de resistencias armadas. Obviamente sin identificar, ni la fuente y menos a quienes estarían en ese enemistado esquema. Claro y es por el sermoneando señuelo de que la “Iglesia no se mete en
política”.

Pero dramatizando drásticamente sobre la situación del país, no dejó pasar la oportunidad para criticar crasamente sobre la situación socioeconómica, señalando de que: “La pura retórica no mejora la calidad de vida del pueblo en general y por eso no cesa la emigración masiva de tantos bolivianos en busca de días mejores”.

Deliberadamente desechó reflexionar respecto, por ejemplo a los benéficos extendidos por el pago del bono escolar o el recorte al sueldo del presidente, o las atenciones oftalmológicas como la ”operación milagro” o los programas de alfabetización “Yo si Puedo” firmados dentro el Tratado de Comercio de los
Pueblos, entre Cuba, Venezuela y Bolivia precisa y provocativamente son los países a los que ha aludido arteramente el capataz del cardenal -Ratzinger- con la cacareada cantaleta de campanario sobre el autoritarismo en América del Sur.

Claro que en los clásicos claroscuros del clero, no definió decididamente su posición y con una capciosa cautela, el cardenal utilizó la ladina lógica lambiscona para lanzar lisonjeramente laureles al gobierno, en sentido de reconocer de que: “Evo Morales obtuvo una votación jamás lograda en los años de vigencia democrática y con el, han irrumpido en la conducción del país, indígenas, campesinos y sectores sociales casi siempre relegados y olvidados”.

No es entonces desconcertante este dúctil doble discurso con el que la hipócrita iglesia se las ingenia indulgente e imperecederamente cuando le toca excusarse por sus exóticos exabruptos. Aunque nuevamente hizo un discrecional derroche de disquisiciones y no se ahorró adjetivos en sus apreciaciones para analizar acerca de las temática terrenales que hacen a las polarizadas
posiciones políticas por la pelea del poder entre los mundanales mortales, refiriéndose a que: “el centralismo estatal debilita el ideal autonómico al que aspiran de las regiones”.

Finalmente fustigó respecto al intervensionismo del presidente Chávez en Bolivia, señalando que: “Suscita temores, la atención muy llamativa por parecer desinteresada, que manifiestan algunos dignatarios en este continente por lo que pasa en Bolivia., ya que nadie desearía salir de una dependencia foránea para caer en otra”. Lo que realmente si es llamativo y aunque parezca una puerilidad es el hecho de que la iglesia es una de las instituciones que asidua y alegremente acude ante la embajada estadounidense para las celebraciones de cada 4 de julio.

Es cuando menos una camarillera y calumniosa canallada la del cardenal, que está cínicamente sincronizada a la del Papa, cuando conjunta y camufladamente califican cada quien, al autoritarismo en nuestro continente y al revanchismo del gobierno de Evo en nuestro país.

v o l v e r