ALAN GARCÍA Y EL SEPARATISMO LORETANO SON SOCIOS

por: Flavio Dalostto
Refugiándose en la Amazonia
El gobierno norteamericano sabe que el gobierno de Alan García, presidente de Perú, tiene los días contados. La popularidad de García ronda el 9% de la población. Si termina su mandato (debemos hacer que lo termine), accederá al gobierno peruano otra propuesta más vinculada al proyecto Venezuela-Ecuador-Bolivia, más afín al “Socialismo del Siglo 21. No sabemos si será Ollanta Humana del PNP u otro. Lo que es seguro es que el liberalismo no tendrá una segunda oportunidad.

Es por eso, que el eje de la oligarquía peruana se está trasladando, previsoramente, desde Lima a Iquitos, en la región amazónica de Loreto. Es en Iquitos, capital de dicha región y ciudad más importante del Oriente Peruano (Petrolero, Acuático y Maderero), donde las fuerzas conservadoras (disfrazadas de liberales) están apostando a la creación de un estado separado, que les permita sobrevivir y resistir a la corriente de avanzada social que cruza el continente.

De Loreto se extrae el 60% del petróleo peruano, y sus riquezas madereras, acuíferas, mineras y alimenticias son gigantescas. A pesar de la extensión de su territorio (más de la cuarta parte de Perú), la población es escasa, por lo que su peso electoral a nivel nacional es pequeño.

El Instituto de la Libre Empresa
El puente que traslada la fuerza de la derecha desde Lima a Iquitos, es el Instituto de la Libre Empresa de Perú (ILE), organización en apariencia “educativa”, que mantiene una alianza política con los sectores separatistas de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), Guayaquil (Ecuador) y Zulia (Venezuela), con los cuales se ha reunido más de una vez y forma la CONFILAR, una suerte de coordinadora de derechas latinoamericanas, dedicada a promover el separatismo, para resistir desde las “autonomías”.

Para tener una idea, de la ideología que promueve esta asociación Económico-Política, basta leer un poco en la misma página de la organización y apreciar lo que está haciendo en la amazonia peruana, más precisamente con la juventud de Iquitos:

“Una vez más, Iquitos, fue escenario de dos trascendentales seminarios internacionales de primer nivel en el que los distinguidos especialistas en temas de economía y política liberal Robert Amakis y Miguel Moreno, ofrecieron magistrales exposiciones sobre liderazgo liberal y técnicas de comunicación en campañas políticas.

Los connotados exponentes forman parte del staff de profesionales del Leadership Institute, organización que desde 1979 capacita a los futuros candidatos del Partido Republicano norteamericano para ocupar importantes cargos públicos en el Ejecutivo y el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica.

Los eventos organizados por el Instituto de Libre Empresa ILE, responden al interés suscitado entre la juventud loretana en temas como: liberalismo económico y político, democracia, estado de derecho y democracia liberal, como alternativa a la solución de los problemas del Perú y en especial de esa región.

En otra de estas notas podemos leer:
“El Instituto de Libre Empresa inició una nueva etapa en la preparación de líderes liberales amazónicos al poner en funcionamiento una Escuela de Libre Mercado, en Iquitos, donde capacitará inicialmente 70 jóvenes loretanos con miras a especializarse en la Escuela de Liderazgo que el ILE tiene en Lima.

Los jóvenes estudiantes llevaran cursos de economía, derecho, liderazgo, visión bíblica de la libertad, oratoria y expresión artística, por espacio de seis meses. Finalmente se graduaran de líderes júnior en el libre mercado.”

Y también:
“Los flamantes graduados, ante un auditorio compuesto por directivos del Instituto de Libre Empresa, familiares e integrantes de los Círculos de Estudios del ILE en Iquitos, hicieron gala de sus conocimientos de oratoria, adquiridos durante los cinco meses de su preparación, al narrar en el mas breve tiempo sus experiencias vividas como becarios y expresar su satisfacción por convertirse en conductores del liberalismo.

Por su parte, José Luís Tapia Rocha, Director General del Instituto de Libre Empresa, saludo la incorporación de los nuevos lideres liberales a la vez que los alentó a realizar con ahínco y voluntad la tarea difusora de la filosofía liberal.

Es necesario, dijo que mediante el liberalismo, los habitantes de Loreto cambien de mentalidad y desechen las ideas de gobiernos estatistas que tanto daño han ocasionado al Perú.

Dijo, “estamos empeñados en profundizar y extender la cultura de la libre empresa. Si queremos un mercado libre de privilegios y abusos, con altos ingresos para la población y utilidades para las empresas, no hay otra cosa que derogar las leyes malas y para ello es necesario que la población tome conciencia de este concepto.

Por tal motivo, resulta vital la participación de los líderes liberales, porque ellos, son los encargados de difundir el liberalismo como la filosofía de la libertad. Libertad para decidir lo que producimos, consumimos ganamos y ahorramos o lo que importamos y exportamos, entre otros aspectos” señaló.”

La Ley de la Selva
En enero de este año, el presidente peruano Alan García dictó un decreto por el cual se ponía a la venta más de 60 millones de hectáreas de selva peruana. La razón argumentada fue que no se puede mantener “improductiva” toda esa región y que la inversión extranjera creará fuentes de trabajo y acercará a las poblaciones a la “modernidad”.

En la actualidad, existe un régimen de “concesión” de la tierra amazónica, pero no de “propiedad”. Y el límite de estas concesiones son 10.000 hectáreas. El proyecto de García pretende elevar ese límite a 40.000 hectáreas. De esas 60 millones de hectáreas, García entregaría 8 millones para actividades forestales. En estos territorios, además de los pobladores urbanos, existen miles de campesinos venidos de las sierras y numerosas etnias indígenas amazónicas, a los cuales se les rematarían sus hogares.

Esto produjo, lógicamente, el rechazo de toda la población indígena y amazónica de Loreto (donde se encuentra Iquitos), San Martín y Ucayali, que se movilizó contra el decreto expoliador, que permitía la apropiación privada de la amazonia, el desalojo de comunidades aborígenes, la creación de nuevos latifundios y un daño ambiental irreparable en el Pulmón Mayor del Planeta.

Los indígenas bloquearon caminos, tomaron centrales eléctricas y mantuvieron a policías como rehenes. Un verdadero alzamiento indio amazónico en pleno Siglo 21.

No solo la región amazónica, sino todo el Perú se indignó contra el proyecto de Alan García, y finalmente en agosto, el Congreso Peruano derogó el decreto o “Ley de la Selva”. Los amazónicos suspiraron aliviados, y la idea suspendida. Igualmente, Alan García no ha renunciado a su idea de subastar la selva, y está tratando de “suavizar” la Ley, para volver a intentarlo.

El regionalismo amazónico loretano
Desde hace varias décadas (alrededor de un siglo), existe en la región peruana de Loreto, más precisamente en Iquitos, un fuerte sentimiento regionalista; que oscila entre el autonomismo, el federalismo y el separatismo.

Su antecedente histórico fue la creación del Estado nominal de Loreto en 1896, que duró unos meses, hasta que el ejército peruano le puso fin. Era el auge de la industria del caucho, donde muchos aventureros se convirtieron en riquísimos exportadores de la goma, explotando hasta la miseria más siniestra a los indígenas de la región. Se apropiaban de territorios inmensos y salían a “cazar” indios para que les sirvieran como esclavos.

En 1889, el presidente Cáceres entregó a una compañía inglesa 2 millones de hectáreas de selva (con indios y todo), en pago por las deudas contraídas en la guerra con Chile.

En 1911 el negocio del caucho se desplomó, ya que había otras regiones de Asia que lo cultivaban, y la región se vio envuelta en una gran crisis económica.

En la década del 70, con el descubrimiento de petróleo en la región, se activó la economía. Hoy se sabe que la selva peruana está asentada sobre “un mar de petróleo”. Loreto cobra un “canon petrolero”. Algo así como un reconocimiento del estado peruano, a cambio de extraerle la riqueza de su sub-suelo. Este “reconocimiento” no fue por generosidad, sino porque los loretanos se movilizaron para conseguirlo.

Desde esa época (fines del Siglo 19), el sentimiento regionalista loretano es fuerte. Sin embargo, no es una corriente de pensamiento homogéneo, ya que dentro de éste, conviven “autonomistas”, “federalistas” y “separatistas”.

Uno de los movimientos más representativos del loretanismo es el Frente Patriótico de Loreto (FPL), que contiene una corriente “autonomista y peruanista” y otra “federalista y separatista”. La primera, por ahora es mayoritaria y ha establecido alianzas con el Partido Nacionalista Peruano (PNP) de Ollanta Humala.

Paradójicamente, Martín Reátegui, asesor del congresista nacionalista Víctor Isla, que responde a Humala, se ha manifestado en el mes de setiembre, en el diario La Razón de Lima, partidario de la creación del “Estado Federal de Loreto”, con lo que la confusión es bien grande.

Un blog separatista loretano
Se lee en un blog “loretanista”, de alguien que se define como “ciudadano amazónico”, “Seamos claros y realistas: a todo gobierno nacional peruano le importa un rábano nuestros paros y huelgas… hay loretanos que se prestan a ello. Y los conocemos.

Y son los más cobardes al momento de tener que tomar decisiones trascendentales.Y una de esas decisiones es cerrar el oleoducto que traslada nuestra savia loretana: el petróleo. Con el apoyo leal, fraterno y sincero de nuestros hermanos indígenas amazónicos (que han reiterado su disposición inmediata a cualquier convocatoria), veamos si se siguen cagando de risa de nosotros y siguen sin escucharnos. Veamos. Es tiempo de decir: ¡¡BASTA YA, CARAJO!!”

Alan García esconde segundas intenciones
Alan García sabía que su “Ley de la Selva” iba a ser rechazada. La sola idea provoca un rechazo regional, nacional y mundial:”Rematar la amazonia” y “despojar a los indios de su tierra”, para “modernizarla”. Yo pienso que él ya sabía que esto no iba a prosperar, pero que sí iba a producir otro efecto: la justa indignación general de los pueblos amazónicos, indígenas y urbanos, de la región de Loreto.

He leído muchas reacciones en blogs, donde los amazónicos loretanos descargan su indignación por la propuesta, y echan culpa al “estado peruano”, al “centralismo limeño”. Muchos de estos blogueros reclaman como solución a la cosa, la separación de la Amazonia y la creación de una república independiente.

Hay olor a trampa
El problema es que los amazónicos de buena fe, lleguen a darse cuenta que sus enemigos, que quienes los oprimen y los explotan, están en Lima, pero también en Iquitos, perfectamente coordinados entre sí; pero haciendo creer a la gente común que están enfrentados centralismo contra amazonismo.

En esta última ciudad, Iquitos, la juegan de “defensores de lo loretano”; cuando lo que en realidad les interesa es desembarazarse del Perú, antes que acceda un gobierno nacional y popular, y así apropiarse del petróleo, la madera, el agua y la mano de obra esclava en el oriente peruano.

Desembarazarse del resto de Perú, sería darles más poder a los explotadores locales, sin ningún tipo de intermediación, arbitraje o instancia a la cual recurrir. Igual que en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador y en Guatemala; las oligarquías regionales, les quieren hacer creer a los indios, a los campesinos y a los obreros, que sus intereses son los mismos que los de ellos, y que las causas de sus miserias solo están en las capitales de sus países.

De esta manera, le dicen a un indio ashaninka que su problema es el mismo que el del latifundista maderero, y que separando la región estarán todos mejor. De ser así, los explotados estarán peor, a merced de sus expoliadores más directos.

Cierto que hay un problema centralista, y que las regiones deben gozar de autonomía recíproca, complementaria y solidaria, en el concierto nacional. Muy cierto, pero también es cierto que hay un problema clasista, una inequidad social y económica muy grande en el Perú. Y que esto no se soluciona inventando países; sino más bien uniendo los intereses de todos los peruanos que viven de su trabajo y no de quienes se llenan de dinero destruyendo a otros seres humanos, residan en Lima o en Iquitos.

El verdadero Frente Nacional y Social del Perú, que hará justicia histórica a la región de Amazonia, no estará integrado ni por el Instituto de la Libre Empresa, ni por el Apra, ni liderado por el Frente Patriótico de Loreto. Serán los obreros, campesinos, indígenas, amas de casa, estudiantes, profesionales y micro-empresarios los que salvarán al Perú en general y a Loreto amazónico en particular.

Alan García trabaja para el separatismo loretano, promovido desde los Estados Unidos, porque ese es el efecto logrado con su infructuosa “Ley de la Selva”. La derecha peruana busca refugio loretano, petrolífero, acuático y forestal. El Pueblo Peruano no debe permitirlo y desenmascarar esta Alianza Escondida contra sus intereses.

v o l v e r