Mamanis en los máximos cargos judiciales

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La casi segura elección de Cristina Mamani Aguilar, Gualberto Cusi Mamani y otros postulantes indígenas en los máximos cargos de la administración de justicia de Bolivia no es un hecho curioso —como muestran algunos medios audiovisuales—, sino es un paso histórico.

Organo Judicial Plurinacional de BoliviaMamani Aguilar postula al Consejo de la Magistratura, entidad encargada de controlar al Órgano Judicial. Ella tuvo una trayectoria sindical comunitaria en Guaqui y se dedicó a capacitar mujeres en contra de la violencia intrafamiliar y doméstica. Se autoidentificó como aymara.

Cusi Mamani, por su lado, fue defensor de las víctimas de octubre de 2003, desempeñó cargos en entidades vinculadas al trabajo de descolonización y es mallku (autoridad originaria) de la comunidad Jilatiti Qullana del ayllu Chama de Jesús de Machaca, provincia Ingavi de La Paz.

Su llegada a los máximos tribunales de justicia del país significará romper las fronteras de los anillos de jerarquía social y colonial conformados en diversos campos, entre ellos la justicia.

Según el doctor en Culturas del Cides-UMSA Félix Patzi Paco, en esos “anillos” se sitúan —en un lugar privilegiado (al centro)— los criollos y todo su sistema de parentesco que siempre acapararon “las estructuras de dominación en todos los campos”.

Uno de esos campos es el judicial, donde redes familiares de apellidos rimbombantes y determinado color de piel coparon, desde la República, los máximos cargos de justicia por varias generaciones. Esas redes tuvieron para sí el monopolio del conocimiento judicial y, por tanto, del poder en la justicia.

Esa casta colonial que nació con la fundación de Bolivia —según Patzi— heredó el comportamiento señorial de los españoles, “un habitus de clase acostumbrada a vivir de lo fácil y a costa del indio”.

Se entiende por habitus —según el sociólogo Pierre Bourdieu— a los esquemas de “obrar, pensar y sentir asociados a la posición social. El habitus hace que personas de un entorno social homogéneo tiendan a compartir estilos de vida parecidos”.

Es decir, si alguien no era parte de ese círculo colonial judicial, no podía aspirar a los altos cargos; sólo tenía la alternativa de dedicarse a diligenciero, personal de apoyo o administrativo. Los indígenas no podían ni soñar con llegar a ser ministros de justicia.

En esa lógica, los mestizos ocupan un sitio más alejado en los anillos de jerarquía social, y se dedican especialmente a actividades burocráticas.

En el sector periférico de esos círculos se sitúan los indígenas, quienes fueron vinculados (por la mentalidad colonial) exclusivamente a trabajos manuales (obreros, barrenderos, albañiles y, en el caso de las mujeres, empleadas domésticas).

En ese sentido, la llegada de Mamani, Cusi y otros indígenas a los máximos niveles de administración de justicia del país muestra que el voto expresado en las urnas el domingo rompió las fronteras creadas por los anillos de jerarquía social —término usado por Patzi— y colonial establecidos desde la República.

    Pese a las críticas de la oposición, la candidata más votada de las elecciones judiciales Cristina Mamani, tiene más respaldo que Del Granado y Doria Medina

Abogada Cristina Mamani Aguilar. Foto: ABIEl número de votos obtenidos por la candidata al Consejo de la Magistratura Cristina Mamani en las elecciones judiciales supera ampliamente a los sufragios obtenidos por Juan Del Granado como diputado nacional en 1993 y al partido de Samuel Doria Medina, Unidad Nacional (UN), en las elecciones de constituyentes de 2006.

Según los datos preliminares de las elecciones judiciales del domingo difundidos por la cadena televisiva ATB, Mamani superó incluso la cantidad de votos obtenidos por el ex presidente Jaime Paz Zamora en 1989.

La candidata al Órgano Judicial obtuvo aproximadamente 421 mil votos. Por su parte, en las elecciones de 1993, Del Granado fue electo diputado nacional por el Movimiento Bolivia Libre (MBL) con sólo 27 mil votos.

En 2006, el partido de Doria Medina (UN) obtuvo ocho escaños de constituyentes con algo más de 187 mil votos.

Del Granado manifestó en varias ocasiones que los candidatos elegidos mediante el voto popular no deberían ser posesionados porque no cuentan con legitimidad ya que supuestamente obtuvieron pocos votos.

La ciudadanía boliviana eligió el domingo a las máximas autoridades del Tribunal Agroambiental, Tribunal Constitucional Plurinacional, Consejo de la Magistratura y Tribunal Supremo de Justicia en comicios que fueron catalogados de transparentes y participativos por organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Elecciones presidenciales
Jaime Paz fue posesionado como presidente de Bolivia con 309 mil votos, pese a ser el tercero en esa votación. La cantidad de votos que tiene hasta ahora Mamani se aproxima a los obtenidos por el ex presidente Víctor Paz Estenssoro en 1985, que obtuvo 456.704 votos.

También se aproxima al de Gonzalo Sánchez de Lozada, que en 1993 tuvo 585.837 votos, e incluso a los de Hugo Banzer Suárez, que obtuvo 484.705 en 1997.

Otras elecciones
En las elecciones municipales de 1999 Del Granado fue electo alcalde de la ciudad de La Paz con 64.122 votos. Dada esa baja votación, se alió con el MNR, con el se cuoteo el municipio y les entregó la Presidencia del Concejo Municipal.

En 2010, el partido de Del Granado, Movimiento Sin Miedo (MSM), obtuvo sólo 373.600 votos y actualmente tiene a cuatro diputados en la Asamblea Legislativa.

Los otros candidatos
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó que los resultados final de las elecciones judiciales serán dados a conocer el 29 de este mes. Sin embargo, según el conteo en boca de urna, algunos candidatos ya se perfilan como los más votados de dicho proceso.

Bernardo Guarachi, del Tribunal Agroambiental, se encuentra con 263 mil votos; Gualberto Cusi, del Tribunal Constitucional Plurinacional, tiene 233 mil, y Maritza Suntura, del Tribunal Supremo de Justicia, cuenta con 229 mil sufragios.

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