El mundo al revés: la minoría manda

Joaquín Aima
Alguien sabe ¿Cuántos escaños tiene la oposición? Son minoría en ambas Cámaras. Sin embargo, sus voceros aparecen cada día en todos los medios gráficos y electrónicos. Aparecen en suma desproporcionada al oficialismo.

Es tan evidente aquella asimetría que en varias oportunidades, el Presidente ha denunciado que los medios se han convertido en oposición.

Mayorías en Bolivia¿Significa alguna cosa para los medios que la mayoría de los bolivianos y bolivianas hayan votado por Evo Morales? Parece que no mucho.

Cada día titulan: “La oposición piensa que…”, “la oposición está en contra de…”, “a la oposición no le parece que…”, y así se la pasan haciendo de voceros de una oposición microscópica y sin ideas.

Pero en esa actitud de exaltación de las minorías hay un mensaje escondido (aunque no tanto): el desprecio por las mayorías.

Nada significa para los medios que este Gobierno haya obtenido el 64% de los votos del país. Tampoco significan nada las entregas de carreteras, escuelas, hospitales, ítems para salud, educación, reducción de la pobreza o que como nunca en su vida, de pedigüeña, Bolivia haya obtenido superávit como jamás en su historia.

“Eso no es nada”, dicen. “Las hordas del MAS”, como declaró públicamente una antiquísima dirigente del magisterio, qué idea pueden tener de gobierno.

A la izquierda ‘ilustrada’ y a la derecha atomizada les tiene sin cuidado lo que piensen las mayorías. Pero hay que decirlo, así les pese: La oposición no existe.

Lo que existe es una oposición virtual. Lo que existen son los medios, la oposición no tiene voceros, tiene periodistas audaces que te hacen una pregunta y cuando estás empezando a responder te hacen tres más y si reclamas te va peor. Es su manera de hacer política, de hacer ideología.

En el primer editorial del Semanario Aquí, el alma transparente de Luis Espinal, se escribió: “Nosotros no somos un medio independiente, nosotros tomamos partido a favor del pueblo…”. Así era Luis, frontal y verdadero, por eso lo expulsaron de radio Fides, por eso lo mataron.

Lo que no dijo Luis es que la independencia, la objetividad no existen: lo que existe es el poder y que como decía Foucault: “la verdad es un producto del poder”. Los poderosos crean, inventan la verdad.

El periódico El Deber de Santa Cruz titula: “Ahmadineyad visita Bolivia por tercera vez en medio de críticas de oposición”. Y tenemos que volver a preguntarnos; “¿disculpe, de cuál oposición está hablando señor?”.

Si está hablando de la oposición en Bolivia, aquella oposición que pretendió dividir el país, que contrató a mercenarios nacionales y extranjeros, que torturó y asesinó a campesinos desarmados; quisiera recordarle que, por esa oposición a la que usted cita, el pueblo boliviano no votó y no volverá a votar por muchos años.

V o l v e r