Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Integrante del Foro Internacional de Mujeres Indígenas – FIMI y la Asociación de los Derechos de la Mujer y el Desarrollo – AWID
Posicionamiento
El Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas – ECMIA, reunidas en laciudad de Lima en el marco de las acciones para definir nuestras estrategias devisibilización e incidencia en el ejercicio de nuestros derechos como pueblos indígenas,que nos conlleven a erradicar todas las formas de violencias ejercidas contra lasmujeres, niñez y juventud indígenas, expresadas en factores estructurales que impidenlograr una vida digna, expresamos:

De nuestra organización:
Somos una alianza entre organizaciones de mujeres indígenas, lideresas indígenas yorganizaciones indígenas, que tenemos por objetivo común el de visibilizar, proponer ylograr cambios sustantivos en la situación y vida de las mujeres, niñas y juventudindígenas –y con ello- la de los pueblos indígenas en las Américas, apelando a losmecanismos participativos y consultivos, tanto en el ámbito de nuestros países,territorios ancestrales y comunidad internacional.

De la naturaleza y origen de la problemática indígena:
Todos los estudios, y la realidad misma, demuestran que los índices de pobreza,desnutrición, deficiente educación y poco acceso a medios de vida digna, que incidenen una precaria salud y pocas posibilidades de justicia tienen mayor incidencia en lospueblos indígenas y en mayor medida en las mujeres, niños y adolescentes.

Esto es producto de situaciones sistemáticas que han conformado una estructura deexclusión. Los pueblos indígenas en los cinco últimos siglos, hemos vistoconstantemente violentadas nuestras formas originarias de vida, a nivel material con ladestrucción de nuestros sistemas económicos, de producción y crianza de la vida ydiversidad, y a nivel espiritual, con los intentos de erradicar nuestro profundo vínculocon la Madre Tierra y los elementos que la conforman, siendo su principal foco deacción de estos procesos, las mujeres indígenas, por ser nosotras los ejes dearticulación social y criadoras de vida.

La ideología articuladora de estas situaciones es el racismo, que se manifiesta endiversas formas de discriminación que conforman un estado de violencias constantes ycotidianas, frente a las cuales los pueblos indígenas y en especial las mujeres, lashemos hecho frente con diferentes resultados.

El racismo ha sido y es el eje articulador de nuestros Estados, y es por esta razón queestos se han construido de espalda y en contra de los pueblos indígenas, siendonuestras formas de ser y estar en el mundo identificadas como atrasadas y unimpedimento para el desarrollo, de esta forma, los pueblos indígenas que somosobjetivo y centro de acciones violentas, venimos a ser tratados como elementosdesestabilizadores de nuestras sociedades.

Sobre el impacto de las violencias estructurales:
Es sobre esta estructura de la exclusión y de la invisibilidad –las dos formas másletales de violencia- que las mujeres indígenas hemos visto disminuidas nuestrasposibilidades de criar la vida y nuestras vidas, en armonía con nuestras culturas y laMadre naturaleza, siendo por esta razón uno de los principales y fundamentales ejesde nuestra lucha la erradicación del racismo, que impide a nuestras sociedades vernoscomo interlocutores e interlocutoras en la construcción de nuestros países y con ello,en el diseño de políticas que posibiliten la vida digna en nuestra diversidad ycomplejidad.

Esta situación se hace extensible a todos los ámbitos que nos afectan directa eindirectamente, pues al ser factores que diseñan y articulan nuestros Estados ysociedades, todo es visto, diseñado e implementado desde su perspectiva mediatizadapor su desvaloración a nuestros universos culturales y sobre todo el ejercicio denuestros derechos.

Por esta razón, no son reconocidos nuestros derechos territoriales –fundamental parael desarrollo de nuestras vidas-, la destrucción sistemática de los mismos, y de la vidaque lo habita, por las industrias extractivas sin aplicar los mecanismos de consulta,previa libre e informada, conllevando al deterioro anímico y material, motivando eldesplazamiento y migración, siendo las mujeres y niñas en este proceso, articuladas asistemas de explotación sexual y laboral.

La práctica constante de violencias contra las mujeres y niñas indígenas, configuran unaccionar sistemático, cuyo objetivo político y social es anular la presencia de lospueblos indígenas. Reconocemos que no está normado, que explícitamente no estáformulado, pero el comprobar la inacción de los Estados, su dimensión histórica y cómoviene afectando a nuestras comunidades y pueblos, nos permite afirmar que esnecesario un cambio profundo de nuestros paradigmas como sociedades.

El justo reclamo de los pueblos indígenas asentados en estos territorios es respondidode manera represiva por los estados, militarizando nuestros territorios, imponiendorestricciones a nuestras libertades, trayendo violencia sexual, torturas, encarcelamientoarbitrario, procesos de desterritorialización, desarraigo, desplazamiento forzoso,traumas psicosociales, muchas veces matando y violando las mujeres de lascomunidades, hechos que no suelen salir a la luz pública.

Para las mujeres indígenas la violencia interpersonal no se refiere solo a la violenciadoméstica o de pareja, sino también a la violencia sexual de sesgo racial, que suele nodenunciarse o se hace insuficientemente. En medio de los conflictos armados, lasmujeres indígenas hemos sido violentadas, en los servicios públicos de salud sufrimosesterilización masiva, maltrato, abuso y abandono.

Esto se refuerza con la invisibilidad de la que somos objeto los pueblos indígenas, alcarecer de estadísticas y datos diferenciados que permitan dimensionar ycontextualizar nuestra situación. Datos desagregados por campos de edad, regional yde género –entre otros- son fundamentales y urgentes para cualquier esfuerzo serio derevertir nuestra situación.

Sobre el camino por recorrer:
Las mujeres y pueblos indígenas, al ver nuestras condiciones de vida disminuidas,celebramos la vida en cada uno de nuestros actos, y es el compromiso por una vidadigna, en donde sea soberana la felicidad nuestro principal objetivo, no solo paranuestros pueblos y culturas, sino para toda la sociedad y el Estado, porque así como elviento mueve las hojas y desplaza a las olas, cuando sople una cultura de derechos yde respeto a la vida y la diversidad, esto nos moverá a todos y todas. Para ello serequiere:

a.- De la comunidad internacional y organismos de cooperación:
–Incidir en la demanda por el cumplimiento de los acuerdos internacionales enmateria de derechos humanos en general, de pueblos indígenas y de mujeresindígenas en particular, sean cual fuere su naturaleza jurídica, primando sunaturaleza inclusiva y propositiva para mejores y dignas condiciones de vida.

— Contribuir a facilitar el desarrollo de capacidades de las mujeres, niñez y juventud indígena, que permita equiparar las posibilidades de accesocompetitivo en los espacios sociales, laborales y políticos.

— Colaborar en los procesos de incidencia para generar bases de datos, desdecensos, hasta series estadísticas periódicas que permitan visibilizar la situaciónde los pueblos indígenas y de la mujer, niñez y juventud indígena.

— Que los crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos contrapueblos, Mujeres, Niñez y Juventud indígenas, en nuestros territorios y contranuestras culturas, sean redimensionadas jurídicamente, generándose unespacio especial en donde ser escuchadas y pudiendo ser los Estadossancionados, mediante la aplicación de inversiones inmediatas en políticaspúblicas, frente a su inacción en materia de aplicación y aplicabilidad dederechos de pueblos indígenas.

— Fortalecer los mecanismos y espacios que traten la problemática de la mujer,niñez y jóvenes indígenas.

— Establecer un fondo o fortalecer los existentes, para la investigación ygeneración de información global sobre pueblos, mujer, niñez y juventudindígena.

b.- De los Estados:
— Que impere el diálogo en todo momento y a todo nivel, erradicando el silencioque ha caracterizado las relaciones Estado-pueblos indígenas quedesencadenaba la violencia como elemento mediador.

— Visibilizar y tomar acciones sostenidas contra el feminicidio cotidiano y lasviolaciones, que encubiertas en relaciones familiares, prácticas culturales ohechos sociales como producto de la marginalidad, minan la vida y dignidad delas mujeres y niñas indígenas.

— Realizar esfuerzos sostenidos y de buena fe, para transformar nuestrosparadigmas sociales, haciendo frente al racismo, modificando los contenidoseducativos y realizando acciones sistemáticas de sensibilización y valoraciónde nuestra diversidad, respeto a las diferencias y afirmación de identidadesdiferenciadas.

— Fortalecer los espacios de representación indígena, institucionalizando nuestraparticipación en igualdad de representación y participación, promocionando yhaciendo efectiva el rol propositivo y ejecutivo de las mujeres indígenas.

— Establecer espacios de diálogo y diseño de políticas públicas y de políticas enviolencia hacia los pueblos indígenas, con especial participación de las mujeresindígenas.

— Respeto y aplicación efectiva de los convenios, tratados e instrumentosinternacionales en general referido a derechos humanos, derechos de pueblosindígenas, derechos de mujeres y niñez indígenas.

— Tomar las medidas necesarias para subsanar urgentemente el subregistro delas múltiples formas de violencia hacia las Mujeres Indígenas, así como lacarencia de las variables de etnicidad en los instrumentos de país comoencuestas de prevalencia, mediciones de victimización y encuesta dedemografía y salud, incluyendo el reporte de los avances y desafíos deabordaje de la violencia contra las mujeres indígenas en los informesperiódicos sobre las convenciones Belén Do Pará y Cedaw.

Las mujeres indígenas:
— Estamos a favor del diálogo, entendido como la capacidad de entendimientoentre iguales, buscando el beneficio mutuo y sin mediar situaciones deinseguridad y amenaza que impidan este diálogo horizontal.

— Luchamos por una cultura de derechos humanos, en donde los seres humanosy sus culturas sean el centro de las políticas y de los modelos de desarrollo.

— Construimos paso a paso nuestros mecanismos de sanación, pero esto soloserán efectivos si nuestras sociedades cambian profundamente para encontrar en ellas las posibilidades y oportunidades que permitan que esta sanación seaintegral.

— A pesar de vivir las violencias de manera histórica, estructural, sistemática ymultidimensional, no apelamos a ella, por el contrario, nuestros mecanismos deincidencia hacen un llamado a la armonía y el diálogo alturado, digno y sinningún tipo de subordinación.

— Luchamos por la vida, para criar vida individual y colectivamente, vida a partir de nuestra cultura y por la soberanía de la felicidad de nuestros pueblos,nuestras sociedades, de nosotras mismas y de la humanidad.

Lima, 23 de Noviembre, 2012
Mujeres indígenas. Foto: ChirapaqArgentina CONAMI, Newen Mapu
Belice Toledo Maya Women´s Council
Bolivia CIDOB, CNAMIB Confederación Bartolina Sisa
Brasil CONAMI, Red GRUMIN, COIAB
Canadá FAQ Pauktuutik
Chile Consejo de Todas las Tierras Aukiñko Zomo, Consejo Nacional Aymara
Colombia ONIC
Ecuador CONAIE
El Salvador CCNIS
Estados Unidos Red Xicana Indígena
Guatemala CONAVIGUA
Guayana Amerindian Peoples Association in Guayana
Honduras CONPAH, CONAMINH
México CONAMI
Nicaragua AMICA
Panamá CONAMUIP
Paraguay FAPI, OPG
Perú CHIRAPAQ, ONAMIAAP
Surinam Asociación de Líderesde los PueblosIndígenas, OIS
Uruguay CONACHA
Venezuela Red de Mujeres Indígenas Wayuu, CONIVE

V o l v e r