La dama del shock

César Lévano/diariolaprimeraperu.com
Margaret Thatcher, la gobernante despiadada que alimentó la pobreza en su país y en el mundo, murió el lunes. No le desearán que descanse en paz los obreros ingleses a los que reprimió con crueldad, los deudos de la guerra de las Malvinas, los huérfanos de los obreros que murieron en huelga de hambre y que ella dejó morir, los niños pobres que se quedaron sin desayuno en aplicación de su política de “ahorro” fiscal.

Privatizar funeral de ThatcherNo la recordarán con afecto los demócratas Chilenos que recuerdan cómo la señora Thatcher, al conjuro del neoliberalismo predicado por Milton Friedman y Friedrich Hayek, reprimió sindicatos, arruinó industrias, privatizó el agua y defendió al asesino, ladrón y verdugo Augusto Pinochet, a quien visitó y elogió cuando estuvo preso en Gran Bretaña por orden judicial.

Friedman y sus discípulos, los Chicago Boys, colaboraron con los fascistas de Chile aun antes del golpe de 1976. Nadie menos que Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa de los Estados Unidos, expresó en el 2002: “Milton Friedman es la encarnación de la verdad de que ‘las ideas tienen consecuencias’ ”

Naomi Klein, en el capítulo 5 de su documentado y profético libro The shock doctrine (2007), acoge esta frase de Eduardo Galeano sobre el régimen pinochetista: “La gente estaba en prisión a fin de que los precios fueran libres”.

Klein escribe: “los Chicago Boys estuvieron trabajando con los militares (Chilenos) antes de que se produjera el golpe, y la transformación económica empezó el día que la junta tomó el poder”.

La señora Thatcher reveló el nuevo motor de la derecha mundial: el odio. El odio a los sindicatos, el odio a los pobres, el odio a quienes acudían a los servicios públicos, a los que llamó “parásitos”.

Con ella, gracias a una legislación especial, se enriquecieron los especuladores de la vivienda, con lo cual aumentó el número de los indigentes y el precio de las casas.

Cuando “la Dama de Hierro” ascendió al poder, el nivel de pobreza era del 13,4 por ciento de la población; cuando fue sacada, en 1990, ese índice llegaba al 22 por ciento.

Bajo su gobierno se aplicó la línea privatizadora preconizada por Friedman. Thatcher privatizó el 20 por ciento del sector público.

No se puede omitir que, como lo registra Naomi Klein, Friedman había recomendado a la señora Thatcher aplicar las recetas de Pinochet.

Una de las pruebas de fuego fue la huelga minera que abarcó extensas zonas del Reino Unido. Era lo que esperaba la Thatcher para terminar con el movimiento obrero y eliminar los sindicatos, a los que creía una amenaza para el libre desarrollo del individuo. La huelga duró casi un año, pero fue derrotada.

El Desempleo masivo no le preocupaba a la difunta. Según ella, la sociedad no existe, el individuo es todo. Al final, el descontento de la sociedad la arrojó del poder.

“¿Cómo debemos honrarla? Vamos a privatizar su funeral. Abramos una licitación y aceptemos la oferta más baja. Es lo que habría querido”, resumió el cineasta Ken Loach, refiriéndose a la política económica ultraliberal que aplicó la ex primera ministra durante su gobierno.

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