Túpac Katari se levantará, volará a los cielos convertido en un satélite

Eugenio Rojas
El 15 de noviembre de 1871, el juez Francisco Tadeo Díez de Medina, en presencia de autoridades españolas, clérigos católicos, corregidores y demás personas, condenó a muerte a nuestro padre Túpac Katari, lo torturaron y descuartizaron para asegurarse de que no “quede semilla, o raza… de este maldito hombre… porque de lo contrario, quedaría un fermento perpetuo”.

Túpac Katari había luchado a lo largo de 1871 contra el poder español y sólo pudo ser vencido por la traición de Tomás Inkalipe, quien lo entregó a los españoles en Peñas. Es conocida su respuesta a los españoles que lo despedazaron: “A mí nomás me matan… pero volveré mañana y seré millones”.

sateliteEl 20 de diciembre, desde el valle de Sichuan, en la República Popular China, Túpac Katari se levantará, volará a los cielos convertido en un satélite que nos comunicará a los 10 millones de bolivianos.

Cuando eso ocurra, cuando lo veamos con nuestros ojos, se habrá cerrado un periodo negro de nuestra historia y habremos dado un paso más en la consolidación de nuestra revolución democrática y cultural.

El satélite le cuesta al Estado cerca de $us 300 millones y no han faltado los letrados de siempre, esos que hacen cuentas y dicen: “si somos un país pobre, porqué gastar tanta plata en esas cosas”. Y nosotros respondemos que por muy pobres que seamos, tenemos derecho a soñar con el futuro, con la tecnología de avanzada.

Creo que por eso hicimos bloqueos, por eso salimos a luchar a los caminos: para que nuestros hijos aprendan a leer y a manejar la computadora e internet, para que podamos llamar por teléfono a nuestras familias estén donde estén, para que los que vivimos en el campo tengamos las mismas oportunidades que tienen los que viven en las ciudades.

Según los datos que se manejan, Bolivia sufre una excesiva desigualdad de acceso a los servicios de comunicación. Una cosa es vivir en una ciudad y otra en el campo. Además, Bolivia con relación a otros países está atrasada. “Brecha digital” le llaman, pero yo le llamo sólo abandono de las élites que gobernaron y que nunca quisieron educar en las ciencias y en la investigación a nuestro pueblo.

Los eternos críticos al proceso de cambio se han levantado diciendo “el pueblo no come satélite”. Y se equivocan otra vez. El satélite Túpac Katari además de ser una realidad concreta, que traerá desarrollo científico y comunicacional a toda Bolivia, es también un símbolo de soberanía y dignidad para un país que tuvo postergadas sus ansias de desarrollo y progreso por muchos años.

En el futuro, los técnicos y los científicos bolivianos que manejen el satélite desde las bases de Amachuma (La Paz) y La Guardia (Santa Cruz) seguramente presentarán los detalles técnicos y los planes de negocios que harán para hacer rentable el satélite.

Al respecto, quiero preguntar a los que nos critican:
¿cuándo los aymaras hacemos negocios que no sean rentables? Por ahora nosotros queremos quedarnos con una sola realidad: el 20 de diciembre damos el primer paso para entrar a la era espacial. Tuvo que ser un indígena como Evo Morales, un hermano al que el viejo Estado colonial le negó la educación superior, pero que inspirado en la moral del trabajo y el amor a la patria, quien esté sacando a Bolivia del atraso y el oscurantismo.

He buscado en internet información sobre Sichuan, es una zona de montañas y ríos, de gente que también siembra la tierra como nosotros. Desde ahí se elevará el 20 de diciembre nuestro Túpac Katari. Y desde aquí nosotros lo veremos con nuestros ojos nuevamente triunfar y convertirse en millones.

El poder colonial español no pudo evitar que su semilla germine, no pudo evitar que nosotros, sus hijos, caminemos orgullosos con Evo y el proceso de cambio, construyendo una nueva Bolivia, sabiendo que un pueblo milenario, con tecnología de avanzada, es invencible.

Colon

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