Mayoría indígena de Bolivia

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    Presidencia de Evo reconoce mayoría indígena de Bolivia

Eduardo Galeano: La Jornada de México

  • Las primeras constituciones de los países americanos dejaron afuera a mujeres, indígenas, a los negros y pobres en general.
  • El 22 de enero del año 2002, Evo fue expulsado del Paraíso. O sea: el diputado Morales fue echado del Parlamento. El 22 de enero del año 2006, en ese mismo lugar de pomposo aspecto, Evo Morales fue consagrado presidente de Bolivia. O sea: Bolivia empieza a enterarse de que es un país de mayoría indígena.

    Cuando la expulsión, un diputado indio era más raro que un perro verde.

    Cuatro años después, son muchos los legisladores que mascan coca, milenaria costumbre que estaba prohibida en el sagrado recinto parlamentario.

    Mucho antes de la expulsión de Evo, ya los suyos, los indígenas, habían sido expulsados de la nación oficial. No eran hijos de Bolivia: eran no más que su mano de obra. Hasta hace poco más de medio siglo, los indios no podían votar ni caminar por las veredas de las ciudades.

    Con toda razón, Evo ha dicho, en su primer discurso presidencial, que los indios no fueron invitados, en 1825, a la fundación de Bolivia.

    Esa es también la historia de toda América, incluyendo a Estados Unidos. Nuestras naciones nacieron mentidas. La independencia de los países americanos fue desde el principio usurpada por una muy minoritaria minoría.

    Todas las primeras constituciones, sin excepción, dejaron afuera a las mujeres, a los indígenas, a los negros y a los pobres en general.

    La elección de Evo Morales es, al menos en este sentido, equivalente a la elección de Michelle Bachelet. Evo y Eva. Por primera vez un indígena presidente en Bolivia, por primera vez una mujer presidente en Chile. Y lo mismo se podría decir de Brasil, donde por primera vez es negro el ministro de Cultura. ¿Acaso no tiene raíces africanas la cultura que salvó a Brasil de la tristeza?

    En estas tierras, enfermas de racismo y de machismo, no faltará quien crea que todo esto es un escándalo.

    Escandaloso es que no haya ocurrido antes.

    Cae la máscara, la cara asoma, y la tormenta arrecia.

    El único lenguaje digno de fe es el nacido de la necesidad de decir. El más grave defecto de Evo consiste en que la gente le cree, porque transmite autenticidad hasta cuando hablando castellano, que no es su lengua de origen, comete algún errorcito. Lo acusan de ignorancia los doctores que ejercen la maestría de ser ecos de voces ajenas. Los vendedores de promesas lo acusan de demagogia. Lo acusan de caudillismo los que en América impusieron un Dios único, un rey único y una verdad única. Y tiemblan de pánico los asesinos de indios, temerosos de que sus víctimas sean como ellos.

    Bolivia parecía ser no más que el seudónimo de los que en Bolivia mandaban, y que la exprimían mientras cantaban el himno. Y la humillación de los indios, hecha costumbre, parecía un destino.

    Pero en los últimos tiempos, meses, años, este país vivía en perpetuo estado de insurrección popular. Ese proceso de continuos alzamientos, que dejó un reguero de muertos, culminó con la guerra del gas, pero venía de antes. Venía de antes y siguió después, hasta la elección de Evo contra viento y marea.

    Con el gas boliviano se estaba repitiendo una antigua historia de tesoros robados a lo largo de más de cuatro siglos, desde mediados del siglo dieciséis:

    la plata de Potosí dejó una montaña vacía, el salitre de la costa del Pacífico dejó un mapa sin mar, el estaño de Oruro dejó una multitud de viudas.

    Eso, y sólo eso, dejaron.

    Las puebladas de estos últimos años fueron acribilladas a balazos, pero evitaron que el gas se evaporara en manos ajenas, desprivatizaron el agua en Cochabamba y La Paz, voltearon gobiernos gobernados desde afuera, y dijeron no al impuesto al salario y a otras sabias órdenes del Fondo Monetario Internacional.

    Desde el punto de vista de los medios civilizados de comunicación, esas explosiones de dignidad popular fueron actos de barbarie. Mil veces lo he visto, leído, escuchado: Bolivia es un país incomprensible, ingobernable, intratable, inviable. Los periodistas que lo dicen y lo repiten se equivocan: deberían confesar que Bolivia es, para ellos, un país invisible.

    Nada tiene de raro. Esa ceguera no es solamente una mala costumbre de extranjeros arrogantes. Bolivia nació ciega de sí, porque el racismo echa telarañas en los ojos, y por cierto que no faltan los bolivianos que prefieren verse con los ojos que los desprecian.

    Pero por algo será que la bandera indígena de los Andes rinde homenaje a la diversidad del mundo. Según la tradición, es una bandera nacida del encuentro del arcoiris hembra con el arcoiris macho. Y este arcoiris de la tierra, que en lengua nativa se llama tejido de la sangre que flamea, tiene más colores que el arcoiris del cielo.

    4 Las respuestas a “Mayoría indígena de Bolivia”

    1. Rodolfo Lobo Molas

      Como siempre el Sr. Galeano hace gala de una pluma exquisita, que aquellos que tambien deambulamos por el mundo de las letras, envidiamos silenciosamente. Con sagacidad, a veces con sana ironìa, va expresando lo que muchos de nosotros quisieramos decir y no sabemos como. Alegra ver que un blanco, hable con tanta propiedad y sentimiento de la «causa indìgena», eufemismo que usamos para referirnos al mundo americano autèntico. Felicito de corazòn al Sr. Eduardo Galeano y hago votos para que su sabidurìa, percepciòn y justeza para expresar lo que tantos blancos sentimos y compartimos con nuestros semejantes, nuestros hermanos, nuestro iguales originarios.
      Anhelo que Bolivia pueda llevar adelante este proyecto de recuperaciòn de lo propio.
      Afectuosamente: Rodolfo Lobo Molas Periodista – Escritor Catamarca, Argentina.

    2. Wilson dos Santos

      Felicito al Sr. Galeano por su excelente texto de lo cual estoy en pleno acuerdo con sus ideas.
      Soy un observador optimista de los cambios que han ocurrido no solo en LatinoAmerica como también en Europa, con la alemana Angela Merkel y en África con la liberiana Ellen Johnson-Sirleaf.
      En Brasil, sí, tenemos un negro como ministro de la Cultura, nombrado por un presidente venido de la clase obrera.
      En Bolivia además del presidente Aymara, las vagas para los constituyentes serán distribuídas de manera equitativa entre hombres y mujeres.
      Y como lo bien dice el Sr. Rodolfo es la hora de la recuperación de Bolivia.
      Cordialmente,
      Wilson dos Santos – Rio de Janeiro – Brasil.

    3. Juan Barraza

      Sr. Eduardo Galeano

      Felicitaciones por su excelente nota por ponerse en la piel de un nativo de Sudamerica ò indio como le llaman, el comentario sobre Bolivia y su gente y de tanta otra gente que no puede elevar su voz, comparto sus apresiaciones y ojalà su pluma siga derramando, orientaando al camino del saber, afectuosamente

      Juan Barraza
      Santiago del Estero Argentina

    4. Bernardo

      ¿Qué es la democracia? acaso no es la genuina representación de las mayorías, en los que la voz de las minorías se escucha pero no necesariamente se ejecutan, creo que Bolivia está en un trance fenomenal en el contexto de Latinoamérica, es justamente este trance lo que necesita urgentemente Perú, Ecuador…
      Es que Latinoamérica urgentemente requiere de una reingeniería política y democrática, no se debe alabar lo que ocurre en Perú, unas pocas minorías históricamente han gobernado, ¿hasta cuándo? hermanos peruanos levantémonos, alcemos la bandera de la dignidad y no más Alan García, Toledo, Fujimori, ellos son solo una pequeña casta que han llevado al fracaso al Perú de los incas.

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