¿Quién gobierna (o desgobierna)?

César Lévano / laprimeraperu.pe
Cada vez está más claro que en el Perú gobierna un poder paralelo. El de los Estados Unidos. El ministro de Economía, Luis Castilla, protegido por Nadine Heredia, es el virrey inamovible de ese vasallaje. Castilla es un neoliberal ortodoxo, duro.

AlanSu obediencia a las órdenes de Washington quedó demostrada en los 20 años en que fue funcionario del Banco Mundial, de la Corporación Andina de Fomento con sede en Caracas y de la Corporación Interamericana con sede en Washington.

Por algo lo trajo Alan García de Venezuela para nombrarlo, en 2010, viceministro de Hacienda. Ahora, después de la crisis provocada por la señora Nadine Heredia y el ministro de Economía respecto del salario mínimo vital, muchos creyeron que Castilla por fin se iba a marchar, pero ahí está, imperturbable.

Un amigo aseguró que Castilla se iba anoche mismo al extranjero, probablemente a Washington, y que ya le preparaban una manifestación de adiós.

El renunciante presidente del Consejo de Ministros César Villanueva ha aclarado que la primera dama no solo se entrometía en asuntos de política gubernamental al afirmar que el tema del salario mínimo no estaba en la agenda, sino que, además, faltaba a la verdad.

En declaraciones a RPP, Villanueva ha precisado que ese punto sí estaba en la agenda del régimen desde 2011 y fue visto en el Consejo de Ministros en diciembre del 2013. Es lícito suponer que doña Nadine ha sido decisiva para la permanencia de Castilla.

Los gobiernos regionales, los agricultores, los trabajadores de la ciudad y el campo tienen hoy, frente a ellos, al Castilla de siempre, el capataz de la caja fuerte, de las privatizaciones y el sometimiento a la Biblia neoliberal.

Por eso, puede decirse que el presidente Ollanta Humala ha premiado a Castilla por haber dañado la imagen del propio régimen, con el aumentazo a los sueldos de ministros y altos funcionarios públicos, apoyado por la primera dama y repudiado por la opinión pública.

Humala ha premiado también el irrespeto de su propio premier, quien se vio obligado a renunciar a menos de cuatro meses en el cargo. En el fondo, al primer mandatario se expresa, con el apoyo a Castilla, como un partidario del desgobierno, como un enemigo de la institucionalidad republicana.

Castilla representa lo más reaccionario y antipopular de la política peruana. Con él en el puesto clave de la economía, se puede decir que nada ha cambiado en el gobierno del país. Al margen de los rasgos particulares de los ministros nuevos, cabe suponer que la caída en la aprobación de la pareja presidencial se ahondará.

V o l v e r