Mara t’aqa o Año Nuevo Andino

El ritual del Año Nuevo Andino en Tiwanaku se ha vuelto mero turismo y mercadeo cultural

Esteban Ticona Alejo / katari.org
Hoy se celebra el Mara t’aqa o Año Nuevo Andino. Me interesa compartir sobre cómo se inició y qué rol cumple en la actualidad.

La juventud indianista y katarista de los años 80 constató que los valores culturales y simbólicos de la sociedad boliviana eran pura imitación de occidente.

A pesar de que existían y existen algunas prácticas del otro año nuevo indio como el “hacer mirar la suerte” o consultar el destino de las personas en algunos barrios de la ciudad de La Paz, estas experiencias estaban conectadas con la fiesta de San Juan Bautista (apóstol judeocristiano).

Los jóvenes kataristas e indianistas reflexionaron sobre la paulatina pérdida de sus valores culturales profundos, y sobre todo constataron la exclusión del quehacer cultural del país. De la rebeldía urbana pasaron a la acción rural, que fue como una especie de retorno al ayllu.

No otra cosa fue el primer viaje a la ciudad arqueológica de Tiwanaku. Recuerdo que en los primeros viajes ni a las autoridades políticas locales ni a las comunales les llamaba la atención retomar la celebración del año nuevo aymara. Una de las primeras personas que entendió lo que buscaban los jóvenes aymaras y quechuas fue el tata Rufino Phaxsi, sabio comunario de Tiwanaku.

Fue tanto su entusiasmo que después de saber que las autoridades del pueblo de Tiwanaku les habían negado la celebración del ritual del Año Nuevo en la Puerta del Sol, él construyó una réplica en su domicilio, donde se celebró el ritual en los primeros años.

Después de merodear la ciudad de Tiwanaku se iniciaron los rituales del Año Nuevo en la Puerta del Sol, y con los años ese festejo se fue irradiando a otros pueblos andinos y del mundo. Los primeros rituales en Tiwanaku se celebraron sin mucha pompa, sin transmisiones de medios de comunicación en directo y menos promocionados por empresas de turismo capitalista. Uno de los yatiris de la celebración fue Rufino Phaxsi.

¿Qué queda de estas celebraciones profundas y de militancia de identidad de los pueblos andinos? Creo que muy poco. Aunque se irradió el ritual a tantos lugares y regiones de los andes que hoy es difícil cuantificar.

El ritual del Año Nuevo Andino en Tiwanaku se ha vuelto mero turismo y mercadeo cultural, con mucho alcohol y borrachera de por medio, dejando de lado el profundo sentido espiritual de sus iniciadores como Kara Chukiwanaka, Ramón Conde y muchos otros.

Una de las celebraciones que recibió la influencia de Tiwanaku fue la de Qhunqhu Wankani de Jesús de Machaqa ya por los años 90, ritual que se realiza en lawak’a tata qala, que según los comunarios es un ritual poderoso, pues hizo retornar a sus hijos de la Guerra del Chaco sanos y salvos, además permitió el reencuentro de los tres machaqas (Jesús, San Andrés y Santiago) con su identidad aymara regional.

La relación del ritual del Año Nuevo Andino con los pueblos del oriente, el chaco y la Amazonía es muy débil, pues para que tenga una clara convicción el Año Nuevo Amazónico tiene que provenir desde los mismos pueblos de tierras bajas.

En las ciudades, principalmente La Paz, esta celebración andina aún no encuentra una clara convicción ciudadana. Las instituciones que asumieron el rol de organizadores (principalmente las alcaldías) aún batallan en eliminar el legado sanjuanero de quemar los desechos y su consiguiente contaminación ambiental; pero el ciudadano común sigue imbuido en una lógica occidental o simplemente en el “no importismo” capitalista.

El mara t’aqa es el reencuentro con nuestros ajayu y qamasa, es decir, con nuestro espíritu y coraje de decir que hay otras formas de celebrar el año nuevo. Jallallt’ asipxañani mara t’aqanqtanwa. Markasxa nayraqataru irptañasa.

Jallalla...!!!

V o l v e r