La Casa Nobel de estudios
Por Javier Claure C.

La Biblioteca Nobel de la Academia Sueca se fundó en 1901, en los locales de la Confederación de Sindicatos Suecos (LO). Karl Warburg, fue el primer bibliotecario en establecer contactos con diferentes editoriales tanto a nivel nacional como internacional. Visitó las bibliotecas más grandes de Europa, y asistió al Congreso Mundial de Bibliotecas en Paris. Así pudo empaparse de ideas para mejorar la estructura de la Biblioteca en Estocolmo.

Nobel

Gracias a sus contactos se fueron  adquiriendo libros, revistas literarias, enciclopedias, bibliografías, diccionarios etc. En 1902, para poner un ejemplo, se adquirió 1237 libros; de los cuales unos 100 eran obsequios de organizaciones. Cinco años más tarde se registraron 31000 libros 20 % en inglés, 15 % en francés, 9 % en ruso, 8 % en italiano, 0,7 % en portugues y 0,4 % en idiomas orientales.

Los libros se catalogaban a mano y por idioma. Además, se creaban ficheros alfabéticos con una descripción minuciosa de cada libro. De esta manera se identificaba el material disponible. Con el paso del tiempo, la adquisición anual de libros y el material relacionado con la Biblioteca se incrementó considerablemente.

Esta disposición cambió el espacio necesario y el recinto quedó muy pequeño. Quizá previniendo esta situación, en 1914, la Academia firmó un acuerdo, con la comuna de Estocolmo, para obtener un enorme local en el espléndido edificio de la Bolsa construido en el siglo XVII. Edificio que, además, alberga al Museo Nobel y la Sede de la Academia en pleno centro de Estocolmo en la ciudad vieja (Gamla Stan), y que fue inaugurado por el rey Gustavo III en 1776.

Desde el 1921; la Biblioteca Nobel, patrocinada por la Academia Sueca y la Fundación Nobel, se luce en el segundo piso de dicho inmueble.

Visitar esta casa de estudios es como retroceder las agujas del reloj, pero al mismo tiempo es enterarse de muchas cosas que pasan en el mundo actual en cuanto a literatura se refiere.

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A medida que uno va subiendo por las gradas de piedra, se siente un olor a Nobel. Y cuando se llega a destino, a mano izquierda, está la oficina de Sara Danius, secretaria de la Academia. A un par de metros al frente se encuentra la Biblioteca Nobel.

Una pequeña, pero muy acogedora recepción está al servicio del público. Y entre archivos, pequeños cajones y anaqueles se muestran revistas, investigaciones lingüísticas y literarias, periódicos, documentos, libros en diferentes idiomas y artículos sobre críticas lierarias.

En uno de los costados, digamos como un corredor de unos 40 metros de largo y cinco metros de altura, se almacenan libros; y en la parte superior hay fotos de todas las personas que han recibido el Premio Nobel de Literatura.

También existe una sala con una mesa larga en donde se exiben flamantes libros recién adquiridos. Hoy por hoy, todos los libros están catalogados en forma digital, pero muchos artículos están registrados en ficheros.

Los miembros de la Academia suelen reunirse, cada jueves por la tarde, en un cuarto privado para hablar, quizá, sobre las obras de escritores candidatos al Premio Nobel. En este grupo de gente se domina 12 idiomas, y muchos de ellos leen obras en el idioma original.

En resumidas cuentas, la Biblioteca reune literatura de todos los rincones del mundo y se ha especializado en literatura moderna. Actualmente disponde de 200 000 volúmenes, y en este sentido es la más grande entre los países nórdicos.

El principal objetivo es proveer a la Academia, de forma imparcial, con todo el material necesario para la elección del Premio Nobel de Literatura de cada año. Pero también es una Biblioteca que proporciona material a investigadores, a estudiantes y a otras Bibliotecas dentro de Suecia o de Europa.

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