ODIO Y SUEÑO

Sueño despertar un día
como un peregrino en busca del lugar
donde los enfermos, los huérfanos y los explotados
tengan un brillante en su cabecera
donde las mujeres no sean el blanco de los hombres
y la bandera de mi país
sea la bandera de todo el mundo

Odio el cobre asesino
porque armó a un ejército bárbaro y sangriento
ofuscado en pleno siglo XXI
irreversible en su prepotente discurso
ahorcando a la razón
para ser hermana gemela de la violencia

Sueño con un comedor
allí, donde todos rían juntos
lado a lado cada cual con su criterio
frente a frente cada cual con su rumbo
allí, donde todo lo que no es rubí; es poesía
y los planteamientos sean también del prójimo

Odio ver a la sensibilidad
postrada frente a un fusil
indefensa y sin visión
como una perra a la deriva en los muladares
o como una niebla oscura
que no deja llegar adelante

Sueño con una romana
que guarde la proporción de las medidas
y no sea solamente entre sillas y mesas
sino también entre desposeídos y glotones
será a partir de este hecho
que tú, seas verdaderamente tú

Odio la transmisión del mando
a ministros con olfato de buitre
sumidos en lo ilícito y las apariencias
unos que se oponen a la Constitución del Estado
otros que quieren seguir con el despojo
mientras los terceros nada dicen


Sueño con el verbo amar
porque tiene principio pero no fin


Odio la soberbia, la deshonestidad y la traición
porque son como reptiles camuflados
que atacan con astucia
como cuando alguien quiere incrustar
una navaja en la nuca
araña alevosa que sale de su trágico nido

Sueño ver los cañones
los barcos y los aviones de guerra
fundidos en una masa voluble
y así levantar viviendas, una central eléctrica
fabricar rodamientos, tornillos
y tuercas de cuatro esquinas.

V o l v e r