Pensamientos sobre la sociedad andina
Gamaniel Churata: precursor de la sociología andina

Pablo Masías Núñez del Prado / periodicopukara.com
Gamaniel Churata, seudónimo de Arturo Peralta Miranda (Arequipa 10 de junio de 1897 – Lima 8 de noviembre de 1969), fue un literato, periodista, filósofo, sociólogo y político, que fusionó las literaturas “vanguardista” e “indigenista” y fue precursor de una sociología andina, no sólo por su temática, sino por su lógica andina, enfoque analítico y método experimental.

Se trata de un personaje con una biografía extraordinaria, que residió y tuvo su primera formación escolar en Puno, siendo alumno del maestro José Antonio Encinas, perseguido por el gobierno de Sánchez Cerro por sus expresiones políticas reivindicativas se refugió en Bolivia durante 30 años, donde destacó en periodismo y como literato. Publicó en Puno, antes del exilio, entre otras iniciativas el Boletín Titikaka, además de ser bibliotecario municipal y conservador del museo de la ciudad lacustre.

Uno de sus últimos seguidores en Puno fue don Inocencio Mamani, dirigente del grupo Orkopata y autor de la primera y posiblemente única obra de teatro en quechua “Sapan Churin” (“Hijo único”), a quien conocí porque compartíamos la afición al andinismo, que no sólo me permitió ascender con él al nevado “Kunurana” (Santa Rosa, Melgar) en la década de los 70, sino recibir destellos del indigenismo de Churata.

Su obra “El Pez de oro” se editó en Bolivia y recién a partir de la década de los años 90, ha sido estudiada y tratada de entender. En las siguientes páginas analizo su contenido sociológico, proponiendo que es precursora de la sociología andina, que me encuentro desarrollando.

Su percepción sobre la Sociedad y política del Inkario
Considera las sociedades andinas como un “estado socialmente superior de convivencia humana”, constituyendo el “primer imperio histórico de trabajadores” que fue devastado por una “ola de facinerosos” (citando a Oswaldo Spengler) y que tuvo grandes dificultades para caracterizarlas, cayendo en la monstruosa simplicidad de método, al colocar al inkario en un estrato de la “barbarie”. Por lo que su estudio debe vencer utopismos y majaderías.

Adelanta que su organización social no parece desprenderse de la horda, constituyendo el inkario un desenvolvimiento superior del clan, proviniendo del “ayllu punalúa, o algo así”. (p.15) Que necesita un mayor examen histórico, “por cuanto sus complejos son también, fisiológicos y responden a los mecanismos de la materia”.

Afirma que durante el inkario no conocieron el hambre, el abastecimiento estuvo sistematizado y regulado en los tampus. La tierra se reservaba para los que podían formar familia (ser marido de una mujer y padre de sus hijos).

No eran militaristas, ya que “van a la guerra, no al saqueo”. Por eso cuando vinieron los invasores, pelearon contra “el rayo” y sintieron que un “fuego nuclear “ los abatía. Tenía la convicción o creencia de que los andinos provenían de la “cultura Atlanta”, por lo que la posición del eje de la tierra debió ser otra. Interpretó que era una sociedad política antes que teológica, ya que carecían de una “religión del estado” ya que permitían en politeísmo.

Sin embargo, entre sus dirigentes (“orejones”) habían “escépticos volterianos”. Logró comprender, algo que recién la neuropsicología está corroborando con el estudio del “gen de la empatía”, que su sensibilidad subsiste con “átomos sanguíneos” de su discurso vital. En la célula. De otra manera condenado a desaparecer. Concluyendo que “Su mito inkásico debe ser con ego”.

Para sentenciar finalmente, sobre el tema, que el “destino del hombre se decide no en sus periformes sino en el átomo que forma. En posible alusión a los genes que posee, producto de su propia evolución. No obstante, su certera intuición sobre la esencia y contenido de las formaciones andinas traspasa cualquier límite, que sólo ahora, con los aportes de la “sociología andina” se están logrando develar…

Literatura del nuevo continente
Sobre la literatura de nuestro continente, afirma que: …la única patria de esta Literatura Americana es el idioma español. Y que “visto con seriedad y sin mestizos chauvinismos se halla condicionado al determinismo del idioma, que es el cosmos de toda literatura” (p.12)… que si hay una voz “americana” en la Literatura Española es la de Calderón de la Barca.

¿Qué esquiliano desgarramiento americano que el del Segismundo de «La Vida es sueño»?
¿Qué delito cometí contra vosotros? naciendo? (p.9) …entenderán en qué grado los americanos no Podemos ser sino indios, o kuikos.

En la Runa-Sini, según el P. Mossi, el vocablo “aborigen” se traduce por la voz kuiko, con la que no ha muchos años se ofendía a los criollos bolivianos. (p.11) Sentenciando finalmente, que se podrá comprender que si América ha perdido toda esperanza de expresarse en un idioma con patria, más que ocioso, es cretino, hablar de Literatura Americana. Debe hablarse de Literatura Española de América, y con más propiedad de Literatura Española a secas. (p.13)

El papel de la reproduccinó
Con una increíble intuición, a pesar de la insuficiente información de la que disponía, afirma que el inkario tiene “un desenvolvimiento superior del clan, proviniendo del “ayllu punalúa, o algo así” (p 15). Encontrando su origen sociológico en un tipo de familia (relaciones de reproducción) que corresponde a matrimonios entre grupos de hermanos, que significan la disminución de las relaciones sexuales incestuosas, que eliminan las que se producían entre hermanos.

Explicando el cambio social con la disminución de las relaciones de reproducción incestuosas, que repercuten directamente en el aumento de la fertilidad y por lo tanto en el crecimiento de la población, que antecede las relaciones sindiásmicas, que darían lugar al modo de reproducción recíproco correspondiente a la sociedad Inka. Lo que está claramente conectado con los efectos que conocía de las relaciones incestuosas, y que expone así: Entre los animales no hay matrimonios consanguíneos, al menos en forma indistinta, pues “sienten” que esas uniones los hacen débiles. (p.55)

No bien el hombre descubrió, y no mediante intelección trascendental, que el hijo de consanguíneos estaba destinado a profundizar las zonas negativas de sus padres, y se estableció el principio de que el acoplamiento debía hacerse entre genes no consanguíneos, se puso la generación en pasmo de guerra. Y varón y varona, aun viniendo de linajes socialmente afines, quedaban librados a todas las concurrencias. Esta fue, indudablemente, una de las formas, y la más vigorosa, que superó la promiscuidad endogámica, que al garantizar salud en la postrimería hizo posible la subsistencia de la especie y determinó el curso de su proceso. (p.56)

Que no es nada menos que uno de los puntales de la sociología andina, que explica que el cambio social se produce por el desequilibrio entre la producción y la reproducción que a partir del establecimiento de las relaciones de reproducción punalúas, aumenta la población, superando las posibilidades de la producción que necesitaban para su subsistencia. Así, exige las nuevas relaciones de reproducción sindiásmicas (con el Modo de Reproducción Recíproco) de la sociedad inka, que empieza a controlar la natalidad, para alcanzar un equilibrio.

Agregando que …el sucedáneo inkaiko imponíale la monogamia, y tras esto la exogamia, de suerte que no solamente estaba impedido de tomar esposa de su linaje, si, al contrario, debía aceptar la que él, o sus lugartenientes, le señalaban, evidentemente considerando factores que garantizaran descendencia saludable (p.56)
Con lo que confirmaría que …el hombre tiene un destino, que pertenece nó a la Divinidad, sí a sus nervios, mientras se guía por la sabiduría que ellos secretan, se apoya en ella y con ella se ilumina. (p.58)

Lo que queda confirmado con el mandamiento, que para formar sus hogares debían buscar gentes de su especie, pero no la misma familia. Ampliando que el matriarcado se caracterizó por una mayor prolificidad, que explica el mayor crecimiento poblacional dentro de ese periodo que encaja perfectamente con el proceso andino, de acuerdo con la sociología andina.

Para finalmente pronosticar que:
Cuando la embriogenia haya alcanzado mayor dominio para el análisis, se verá que la Naturaleza al dar la plenitud del ser a los organismos que la integran, impone leyes que si no se cumplen llevan a la degeneración y a la muerte. Y que esta batalla por la virtud comienza en los laboratorios amorosos de la gémula, para manifestarse después en los grandes instintos que gobiernan las especies. (p.64)

Equilibrio producción-reproducción
Comprendió y expresó la estrecha relación que hay entre la producción (y su almacenamiento en depósitos) y la reproducción que se expresa en la capacidad para formar familia (reproducirse). En ese orden de ideas, afirma que: el abastecimiento estuvo sistematizado y regulado en los tampus. La tierra se reservaba para los que podían formar familia (podían ser marido de una mujer y padre de sus hijos). Con lo que habrían garantizado el equilibrio producción-reproducción, donde la producción de subsistencias dependía de la creciente población; y al revés, que la reproducción dependía de las posibilidades de producir sus subsistencias.

Explicando que vendrá a comprobar que la natalidad regulada es el hecho en este orden característico de la sociedad testicular; como la natalidad ilimitada lo fue del matriarcado (p.314), que constituye la afirmación que durante la sociedad inka, con el establecimiento del Modo de Reproducción recíproco, con sus respectivas relaciones de reproducción sindiásmicas, necesitaron disminuir el crecimiento poblacional. Por lo que establecieron el control natal.
Y sobre la forma en que se hizo, mediante la actividad sexual, con relaciones fuera de la vagina, da muchas luces con el siguiente relato. Cierta vez, no poco asombrado, vi a joven khonkhachi encarnarse con tanta naturalidad con mozuela —su prima hermana—, que lo menos que pensé fue lo que cualquiera en este caso: que el khonkhachi con anterioridad había usado de su parienta. Cuando a los ocho días comprobé que la prima-hermana seguía virgen… En aquel joven, y en la muchacha de la misma manera, actuaba coeficiente convertido en instinto: biofilia; o, al revés, coeficiente instintivo convertido en ley: inkaismo. (p. 57)

Demostrando que si después de tener relaciones sexuales, seguía virgen, es que no fueron relaciones vaginales, por lo que no fue fecundada. Sobre lo que la sociología andina tiene una clara pista en la prédica clerical contra el “pecado nefando” (detectado mediante las confesiones religiosas) que consistía en relaciones sexuales sin penetración vaginal (orogenitales, intrafemorales, anales, etc.) con las que evitaban la fecundación y por lo tanto el control natal, que es la principal característica de las relaciones sexuales sindiásmicas.

… el sucedáneo régimen político económico del Inka no fue de barbarie sino de profunda significación humana; y que haber establecido que nadie sino el hombre tiene derecho a la tierra en cuanto individuo fértil, constituye la raíz de la verdadera cultura. Con lo que relaciona la producción agrícola, con la reproducción sexual, que es uno de los principales aportes de la sociología andina.

Así Churata coincide con la sociología andina, que propone que las relaciones de reproducción operativizan las leyes de población… que intervienen en los cambios producidos por los desequilibrios entre la producción y la reproducción, en sociedades “cooperadoras” donde no se inventó la propiedad privada, ni el estado, ni menos la explotación.

Los genes andinos de Paul Gauguin
Al pintor impresionista francés Paul Gauguin lo considera …radicalmente americano de América, proclive al parentesco con los decoradores de mates nazcas o mochicas; siente el cobre, la tectónica de la figura, el bloque. Quienes conocen su biografía comprenderán ahora en qué medida obedeció a succión arcaica superior a cuanto evalúa la mentalidad occidental(.p.22)

Aunque la explicación de una supuesta “succión arcaica superior” no la sustenta, cuando considera que fue nieto de Flora Tristán (hijo de su hija) descendiente de una familia nacida en las tierras de los inkas, le daría una explicación genética, que increíblemente estaría abonando a favor de que los genes andinos, que pueden mezclarse con los trasmitidos por el mestizaje, pudieron llegar al famoso pintor, que aparentemente no tiene antecesores europeos de su estilo, que estaría más relacionado con el arte desarrollado en los Andes.

Es posible que la familia Tristán, criollos nacidos en Arequipa en dos generaciones, pudieron recibir genes andinos a través de los cruzamientos que tuvieron sus abuelos José Joaquín Tristán del Pozo y Carassa y María Mercedes Moscoso Pérez Oblitas, que con esas cuatro entradas de genes (Carassa, Del Pozo, Moscoso, Pérez Oblitas) pudieron recibir la herencia andina, que no se elimina, sino por el contrario se mantiene indefinidamente en sus descendientes.

Independientemente de que el estilo artístico de Gauguin fuera singularmente adquirido durante su vida, o por genes andinos de su abuela Flora Tristán, quien pudo haber tenido antepasados mestizos; su propuesta es un extraordinario aporte para la comprensión genética de una población que evolucionó durante unos 20 mil años en los Andes Australes. Con mayor razón si consideramos que debe existir un “gen de la empatía” que sería un importante rasgo neuropsicológico, gracias al cual pudieron desarrollar la cooperación que les permitió sobrevivir a los primeros ocupantes de este continente a más de 2,500 msnm y con menos de 564 Torr de presión atmosférica, de la que depende la suficiente recepción de oxígeno para el metabolismo animal.

Precursor de la sociología andina
Gamaniel Churata, sólo por haber considerado que la sociología moderna cayó …en la monstruosa simplicidad de método, al colocar al inkario en un estrato de la “barbarie” (p.16) se ganó el título de precursor de la sociología andina. Pero además llegó a la profundidad de considerar la reproducción biológica necesaria en el análisis sociológico, fijó su atención en el equilibrio que se tuvo entre la producción y la reproducción y logró intuir la presencia de genes, así les llame “succión arcaica superior”, en la trasmisión de caracteres artísticos.

Por todo ello y mucho más, no podemos dejar de considerarlo un genuino precursor de la sociología andina, que sólo ahora sabemos que es complementaria, de equilibrio recíproco, analítica y experimental.

Bibliografía
El Pez de Oro. (Relatos de Laykhakuy) <– PDF
Editorial Canata, Rolando Diez de Medina, 2007, La Paz, Bolivia.

Otra Versión de El Pez de Oro (versión final) <–PDF